La Rioja

 
  

 

La Rioja: una Tierra de Caudillos
Es la provincia más septentrional de la región cuyana; que desde los comienzos de la colonización hispánica estuvo habitada por grupos aborígenes diaguitas; que eran agricultores, sedentarios y se habían distribuido por los llanos y sierras riojanos.

Juan Ramírez de Velazco fue el encargado de realizar una expedición que no tuvo como meta crear ciudad alguna en la zona de Cuyo; pero alertado por la presencia de oro en la sierra de Famatina, fue mayor la ambición que el deber y finalmente en el lugar conocido como Yacampis fundó la capital un día 20 de mayo de 1591, llamándola como La Rioja natal de donde procedía el fundador.
Este territorio fue muy pronto repartido en grandes estancias entre los principales españoles que se animaron a afincarse en el lugar.
Los aborígenes fueron desplazados y más tarde utilizados en mitas para trabajos forzados en minería.

Se fue forjando una verdadera aristocracia regional, que cada vez se separaba más de los lugareños, a los que se había agazapado detrás de la cruz y la espada. Fue este mal comienzo el que endureció el espíritu de los hombres del lugar; y al llegar el período independiente surgen distintos caudillos regionales que tuvieron su forma particular de encarar la organización institucional del país.
Tres nombres engalanan la historia de esta provincia, son ellos: Facundo Quiroga, Angel Vicente Peñalosa y Felipe Varela.
Cada uno a su manera, imprimió su sesgo a este territorio que durante mucho tiempo defendió su idiosincrasia y su lugar dentro de un contexto de país al que le costó mucho organizarse.
Sierras y montañas de distinto origen
La provincia comparte hacia el oeste con Mendoza y San Juan laPrecordillera y la Cordillera de los Andes, hacia el este se desarrollan una suerte de conjunción entre sierras Pampeanas y llanos intermediosque permitieron a lo largo de la historia la instalación del hombre.
Esta última formación corresponde a sierras muy antiguas que fueron reestructuradas durante el surgimiento de la Cordillera Andina.
Muchas de estas sierras tienen más de 4000 metros y encierran cuencas metalíferas de importancia.

El clima de esta provincia es muy riguroso, de suma aridez ; presenta temperaturas que pueden alcanzar más de 40°C durante el verano y los inviernos suelen ser tibios.
Las precipitaciones son escasas, y la actividad agrícola depende exclusivamente de la captación de aguas de los ríos lugareños. 
La Rioja: Una Ciudad con mucha Historia
Su origen fue casual e inesperado; atento a la existencia de oro en su suelo; una tierra que los aborígenes habitaban desde tiempo inmemorial, y a la cual le habían dado su organización social y política.

Yacampis, así la denominaban los diaguitas, que para ese entonces cultivaban la tierra y habían intensificado el aprovechamiento de aguas en la zona.
Los primeros colonizadores españoles supieron tomar los suelos más aptos para la instalación humana.

En 1591 cambió el destino de esta región del país que muy pronto se encontró con un puñado de extranjeros que imprimieron en su tierra la impronta de una cultura distinta.
Llegar desde Buenos Aires presupone recorrer 1150 kilómetros, y se la considera como una de las provincias más intrincadas, dado que debemos atravesar gran parte del centro del país.
La forma más fácil de acceder a esta capital es por medio de la Ruta Nacional 79 y luego laRuta Nacional N° 38.

La actual Plaza 25 de Mayo constituye el centro fundacional, donde Velasco dejara instaurada“La Ciudad de Todos los Santos de la Nueva Rioja”, en nombre del Rey de España.
Un gran terremoto asoló esta ciudad en el año 1894, después de este cataclismo se volvió a elegir esta plaza como el centro de la urbe.

Frente a la plaza se desarrollan los principales edificios de la provincia; en la intersección de Bartolomé Mitre y Buenos Aires se encuentra la Catedral constituida como santuario de San Nicolás de Bari, que es el patrono de la ciudad.
La actual catedral data de 1910, ya que la antigua sede se derrumbó con el terremoto de 1894.
En el atrio se encuentran los restos del presbítero Dr. Pedro Ignacio Castro Barros, quien representó a la provincia durante el Congreso General Constituyente de 1816.
Los murales que se conservan en el interior hacen referencia a la fundación de la ciudad capital, a la construcción del templo y al Tinkunaco, que es una ceremonia que se realiza durante el31 de diciembre al mediodía, y que consiste en una procesión en la que se saca a la calle la imagen de San Nicolás y representa el encuentro de los españoles y los aborígenes en el lugar.
El edificio más antiguo de la Argentina: Convento de Sto. Domingo
Este convento fue proyectado por un hijo del fundador de la ciudad de La Rioja, Don Pedro Ramírez de Velasco; quien recurrió a los indígenas del lugar para los trabajos en el predio.
Desde un comienzo la edificación estuvo a cargo de los padres dominicos, quienes supervisaron tamaña construcción.

Actualmente ha sido declarado Monumento Histórico Nacional, y sólo se han llevado a cabo trabajos de agregado de mampostería y revoques en el exterior.
Este edificio se encuentra en las calles Pelagio Luna y Lamadrid, y es muy interesante realizar una visita al mismo, que ostenta en su frente una hermosa puerta de algarrobo que es la original del siglo XVII.
Convento de Santo Domingo

Iglesia de San Francisco y Museo Arqueológico Incahuasi
Iglesia de San Francisco

Esta iglesia se ubica en 25 de Mayo y Obispo Bazán; de neto corte neogótico, fue declarada como Monumento Histórico Nacional. 
En su interior el convento esgrime la celda que perteneció a San Francisco Solano en 1592, que estuvo un corto tiempo en esta provincia, pero dejó su impronta sobre todo en el acontecimiento del Tinkunaco donde trató de calmar los ánimos para evitar enfrentamientos entre los aborígenes del lugar y los españoles.
El Museo Arqueológico Incahuasi pertenece a la congregación franciscana; presenta cuatro salas que permiten realizar un recorrido por la historia y arqueología de la provincia.
Cuenta con más de 7000 piezas, entre las que se destacan objetos de cerámica de las etnias que poblaron el lugar, elementos metalúrgicos y hasta una sección dedicada al arte religioso en La Rioja.
Las principales piezas del museo fueron recolectadas por el sacerdote Fray Bernardino Gómez perteneciente a la orden de los franciscanos, quien desarrolló su trabajo de arqueología a principios del siglo XX.
Este centro cultural fue inaugurado el 28 de julio del año 1949 y busca ampliarse incorporando nuevos elementos y piezas que representen la rica historia de este pueblo.

Las Padercitas un lugar muy antiguo
Monumento en Las Pardecitas
Saliendo de la ciudad capital de La Rioja por la ruta Nacional N° 75, a tan sólo 7 kilómetros se localiza este sitio que ha sido declarado Monumento Histórico Nacional.

Aquí encontramos una construcción de adobe, con anchas paredes, que hoy en ruinas encierra parte de los comienzos de la historia riojana, con sus enfrentamientos entre los españoles y los aborígenes que se sentían maltratados por los conquistadores europeos.
Esta edificación tuvo como principal función actuar como fuerte en el que los españoles se defendían de los ataques de los grupos diaguitas más radicalizados de la región.
En este lugar se destacó la presencia del misionero San Francisco Solano quien trató de parar el avance de los aborígenes que se dirigían a la ciudad dispuestos a todo.
Una vez calmados los ánimos, San Francisco logró que los naturales celebraran un tratado de paz, pero con la única condición de separar de su cargo al alcalde que tanto daño les había hecho.
A partir de ese momento los atributos del alcalde fueron transferidos al Niño Jesús, y es en este momento en que se instituye la celebración del Tinkunaco, simbolizando el“encuentro” entre ambas culturas.
Este lugar se ha transformado en un sitio de peregrinación no sólo para los riojanos, sino para todos aquellos que realizan grandes travesías desde las provincias vecinas.
Dique Los Sauces y Villa Sanagasta
Continuando nuestro recorrido anterior por la ruta Nacional 75 con rumbo hacia el norte, vamos a transitar un bella quebrada, que está enmarcada por los Cerros de la Cruz y del Peñón, ambos con más de 1600 metros de altura y que dieron origen a este valle que corre encajonado formando el dique de Los Sauces.

Una ruta en muy buen estado nos lleva hasta el dique, que es de suma importancia, ya que embalsa las aguas destinadas al abastecimiento de la ciudad capital.
Junto al embalse se localizan una importante campiña, un Club Náutico y uno de Pesca; con asiduos concurrentes que han encontrado un lugar ideal para el descanso y la contemplación de la naturaleza.

A tan sólo 30 kilómetros de la capital se localiza la Villa Sanagasta cuyo entorno montañoso la hace codiciada para el veraneo de lugareños y turistas que llegan desde provincias aledañas.
Construida muy cerca del valle del río Huaco, situación que se ha aprovechado particularmente para originar un oasis con numerosas quintas especializadas en el cultivo de frutales.
Esta zona encierra muchos testimonios de la presencia de los diaguitas en la región, que al igual que los actuales habitantes aprovecharon los valles y el agua que procedía de los deshielos para construir rudimentarios embalses y acequias para el regadío de sus campos.

Son famosos los carnavales que año tras año se llevan a cabo en Sanagasta, que se conocen con el nombre de “La Chaya”, y que representa también hoy en día una composición musical donde los instrumentos de percusión tienen muchas importancia.
Esta festividad se celebraba antes de la llegada de los conquistadores, y tenía como finalidad festejar las buenas cosechas con que la madre tierra había alcanzado a sus hijos diaguitas.
Verdaderas guerras de almidón, harina y vino constituyen el eje de esta celebración que se ha transmitido durante siglos de padres a hijos.

Tierra de viñedos, que dan origen a muy buenos vinos pateros, que se pueden adquirir en todos los comercios del lugar.
Son muchos los pueblitos de montaña para recorrer en este trayecto, entre ellos estánPinchasChuquis y Aimogasta.




Desde la ciudad capital, tomando hacia el sur por la Ruta Nacional 38, nos dirigimos a uno de los nudos viales más importantes de la provincia, se trata de la ciudad de Patquía, que se caracteriza por ser cruce de caminos que llegan desde los distintos puntos cardinales de la Argentina.
Esta ciudad , originalmente fue fundada en 1890; y este lugar encierra mucha historia, ya que fue el asiento de uno de los caudillos riojanos, el General Angel Vicente Peñaloza (apodado el Chacho).
Esta localidad es lugar de pernocte para aquellos que quieren visitar a conciencia el valle de Talampaya.
Patquía ha logrado sobrevivir con una actividad exótica en la Argentina que es el cultivo de dátiles; con grandes superficies que ostentan las palmeras que permiten casi recrear los oasis de muchos países del desierto africano.

Saliendo desde Patquía por la Ruta Nacional 150, que luego se transforma en la provincial 26, se accede a las Puertas de Talampaya.
Talampaya: un recorrido por el pasado geológico
Este lugar tan particular de la provincia tiene su homónimo en Ischigualasto, en la provincia de San Juan; y fue objeto desde la década del ´70 de numerosos estudios científicos que intentaron explicar las formas expuestas, lo intrincado de sus cañadones, la inconmensurable aridez y la historia de un planeta que no termina de definir su idiosincrasia.

Un ingeniero llamado Correa Luna se dedicó a recorrer la zona, y estimó necesario preservarla con la creación de un Parque Nacional, en una superficie que englobaba cerca de 250.000 hectáreas, aunque finalmente se redujo a casi 40000 hectáreas.
Existe un centro de interpretación, que cuenta además con una confitería y sanitarios para aquellos que lleguen hasta el planchón de estacionamiento, donde deberán dejar los vehículos; ya que existe un servicio especial de transportes y guías que nos acercarán a alguno de los 5 recorridos propuestos por el parque.
Este parque ha sido declaradoPatrimonio de la Humanidad en el año 2000.
Reconocido por los aborígenes como un sitio sagrado, fue recorrido como un verdadero santuario por numerosos grupos que dejaron su impronta en los petroglifos que se localizan en distintos lugares del parque entre los que se destacan “Los Pizarrones”.
Los Pizarrones

El término Talampaya es de origen quechua, y significa “río seco del Tala”, refiriéndose a un árbol típico de la zona, y con una definición más que sugerente del paisaje general que se manifiesta en la región.

Si analizamos en su conjunto el relieve, debemos hablar de una gran cuenca que en un pasado geológico tuvo un clima más benigno, con numerosos cursos de agua y extensas zonas pantanosas.
La región sufrió la influencia del surgimiento de los Andes, recibiendo toneladas de sedimentos volcánicos provenientes de la cordillera en plena eclosión, razón por la cual comenzó a cambiar climáticamente; hasta quedar transformados sus cursos fluviales en hilos de agua que terminaron por desaparecer y se transformaron en cañadones (cursos fluviales secos).
La erosión eólica hizo un trabajo ímprobo en la zona, generando formas caprichosas en las que predominan los colores rojos intensos, dada la existencia de importantes acumulaciones de óxido de hierro.
La erosión ha provocado paredones verticales de más de 100 metros de altura, que conforman un esbelto acantilado, con caprichosas formas.
El clima árido se manifiesta con un monte achaparrado donde existen bosques de algarrobo, mezclados con jarillas y retamas que le dan una coloración amarillenta tan particular.
Se han realizado en la zona importantes relevamientos paleontológicos, que han permitido identificar fósiles de reptiles y anfibios que poblaban este territorio durante el Triásico.
Los recorridos del parque han sido organizados en torno a 4
circuitos, que ofrecen al visitante el verdadero esplendor geológico de la provincia.
 Uno de los más realizados es el de “Los Pizarrones”, que implica un recorrido de casi 4 horas de duración; y en el cual se sigue el cauce seco del río Talampaya, enmarcado por sierras que tienen 200 metros de altura.
Las paredes de la quebrada, han sido un pizarrón natural donde los nativos expresaron su forma de vida, sus temores y sus creencias.
Las formas más comunes son las figuras humanas con enormes máscaras, los rastros de avestruz, y otras formas de animales que rodeaban a estos primitivos hombres.
Justo delante de los petroglifos se localizan “los morteros”, también conocidos como“tacitas”, que representan verdaderos cubículos donde los nativos preparaban los colores para las representaciones en estas paredes naturales.
En esta zona aparece un primer conjunto de 19 tacitas, aunque si recorremos a conciencia la región nos encontraremos con otro grupo de morteros que no son más que rocas horadadas, junto a las cuales también se han podido determinar la presencia de restos de alfarería.
 El segundo circuito es el denominado “El Cañón", diagramado para un trayecto de 2 horas aproximadamente, que nos lleva a recorrer parte del cañón de Talampaya, donde descubriremos las formas más insólitas del lugar.
Aquí, las areniscas rojas han sido esculpidas por la acción eólica hasta tomar formas insólitas, entre las que se destaca el Monje, elCentinela, la Catedral, o la Torre de Ajedrez. 
En el fondo del cañadón se observa como un marco inigualable elNevado de Famatina, que es el que provee a la zona el agua de deshielo que llega hasta el lugar.
El Monje
 Los Cajones, representan otro de los escenarios majestuosos de este recorrido. Se trata de la zona de nacimiento del río Talampaya, ubicado a más de 1600 metros de altura.
Este trayecto dura alrededor de 6 horas, y los visitantes se pueden internar en el cañadón mismo que en algunos tramos se angosta permitiendo una acústica extraordinaria.
Algunos hilos de agua llegan hasta esta zona, permitiendo una vegetación un poco más intensa que en el resto de la región.
Pequeños cóndores sobrevuelan la zona de Los Cajones, permitiendo al visitante obtener unas fotografías espectaculares.
Los Cajones
 Uno de los platos fuertes de la zona está representado por la Ciudad Perdida.
Esta región dentro del parque es un gran cráter que contiene en su interior una suerte de damero laberíntico, donde la erosión eólica y fluvial han provisto a las rocas de las más insólitas formas.
Casi fantasmagórica, como una ciudad en ruinas se puede recorrer por los numerosos senderos naturales que representan los arroyos secos que discurren entre las formas más enigmáticas.
Ciudad Perdida
En las inmediaciones del lugar existe un mirador natural, representado por una roca de origen basáltico, que resalta por su renegrido color, este Mogote Negro puede ser ascendido sin dificultad y desde allí les aseguramos tener las mejores panorámicas de esta ciudad tan particular.
Muy cerca de la formación se encuentra “el Hotel”, que no es otra cosa que un añoso algarrobo, única posibilidad de acceder a un poco de sombra en muchos kilómetros a la redonda.
Este circuito tiene una duración aproximada de 10 horas, razón por la cual hay que organizarlo desde muy temprano.


Esta localidad es una muy buena opción para pasar la noche después de haber realizado el recorrido exhaustivo del Parque de Talampaya.
Desde las Puertas de Talampaya, debemos retomar el camino hasta la Ruta Provincial 26, que después de transitar 70 kilómetros hacia el norte nos acerca a la Villa Unión que es centro vitivinícola de la provincia de La Rioja.

Sufrió los embates de numerosos movimientos sísmicos, de los cuales debemos reseñar el que se produjo en el año 1984, donde fueron destruidos muchos edificios, razón por la cual presenta hoy en día un estilo moderno, con construcciones adaptadas a la realidad sísmica del lugar.
Edificada en pleno valle de Vinchina y en uno de los ambientes montañosos más destacados de la provincia.
Esta zona se mantuvo siempre en contacto con los incas, porque era el paso obligado entre elCuzco y Cuyo.

En la ciudad funciona la Intendencia del Parque de Talampaya; y se ha constituido en los últimos años en el centro de pernocte para los amantes de este parque triásico.
Su oferta hotelera es muy variada y accesible para todos los bolsillos.
Cuesta de Miranda: una joya del paisaje y la ingenieria vial
Cuesta de Miranda
Las localidades de Villa Unión y Chilecito se encuentran ubicadas más o menos a la misma latitud, pero separadas por el cordón de Famatina.
Ambas ciudades están unidas por la Ruta Nacional 40, que en su trayecto presenta la famosa cuesta de Miranda.
Se trata de uno de los caminos más sinuosos de la Argentina, construido en la década del 1920, y si bien no posee pavimento, contiene con un muro de rocas del lugar los posibles derrumbes.
Cerca de 800 curvas nos van a llevar hasta una altura de 2000 metros, donde se encuentra un impresionante mirador denominado Bordo Atravesado.
Un extraño paisaje, donde se conjugan los verdes de la rala vegetación del lugar, rojos intensos provocados por la arcilla , y unos precipicios casi verticales que pueden llegar a producir pánico.

Chilecito
Su fundación data de 1715, en que surgió con el nombre de Santa Rita.
La zona recobró importancia a fines del siglo XIX cuando se descubre la verdadera riqueza mineral de la región, ya que está ubicada a los pies del Nevado de Famatina.
Se la comenzó a llamar Chilecito, por la cantidad de chilenos que se acercaban a esta localidad en busca de trabajo en las minas.
Es la segunda ciudad de importancia en La Rioja; posee una intrincada red de cables carriles que permitían transportar en forma aérea los minerales de Famatina.
Esta localidad fue el centro de la explotación de oro y plata de la región; que siempre fueron extraídos en forma bastante rudimentaria.
Se puede visitar el cable carril, que es considerado como Monumento Nacional que une la principal mina llamada La Mexicanacon la estación del ferrocarril de Chilecito, tiene una extensión de casi 35 kilómetros.
A muy pocos kilómetros desde esta ciudad se puede acceder a un lugar denominado

Tamberías del Inca
Tamberías del Inca, que como reza su denominación fue asentamiento incaico en nuestro territorio.
Existen aquí restos de población aborigen y se pueden observar algunos adelantos que este grupo aplicó por ejemplo a la agricultura, con sistema de riego bastante sofisticado para la época y cultivo en terrazas.
Los incas vieron en esta zona el potencial minero que necesitaban para un imperio que se destacó por sus trabajos en este metal. Muy pronto los españoles se sintieron también atraídos por una región que exulta naturaleza e historia en cada uno de sus pueblos.