Es la provincia más septentrional de la región cuyana; que desde los comienzos de la colonización hispánica estuvo habitada por grupos aborígenes diaguitas; que eran agricultores, sedentarios y se habían distribuido por los llanos y sierras riojanos.
Juan Ramírez de Velazco fue el encargado de realizar una expedición que no tuvo como meta crear ciudad alguna en la zona de Cuyo; pero alertado por la presencia de oro en la
sierra de Famatina, fue mayor la ambición que el deber y finalmente en el lugar conocido como
Yacampis fundó la capital un día
20 de mayo de 1591, llamándola como
La Rioja natal de donde procedía el fundador.
Este territorio fue muy pronto repartido en grandes estancias entre los principales españoles que se animaron a afincarse en el lugar.
Los aborígenes fueron desplazados y más tarde utilizados en
mitas para trabajos forzados en minería.
Se fue forjando una verdadera aristocracia regional, que cada vez se separaba más de los lugareños, a los que se había agazapado detrás de la cruz y la espada. Fue este mal comienzo el que endureció el espíritu de los hombres del lugar; y al llegar el
período independiente surgen distintos caudillos regionales que tuvieron su forma particular de encarar la organización institucional del país.
Tres nombres engalanan la historia de esta provincia, son ellos:
Facundo Quiroga, Angel Vicente Peñalosa y Felipe Varela.
Cada uno a su manera, imprimió su sesgo a este territorio que durante mucho tiempo defendió su idiosincrasia y su lugar dentro de un contexto de país al que le costó mucho organizarse.